En agua con sal, cocemos la coliflor en ramilletes. La pasamos a una bandeja de horno y la colocamos sobre papel de hornear. Mezclamos en un bol leche, un huevo batido y queso rallado y lo volcamos sobre la coliflor, repartiéndolo bien. Podemos añadir después, más queso rallado por encima (en este caso no lo he hecho porque no tenía). Lo metemos al horno, una media hora a 180.
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