Efectivamente, a priori este plato no parece ser muy ligero, pero como ocurre con otros, esa cuestión la determina la forma de cocinarlo. Si picamos la cebolla y la zanahoria y las ponemos unos minutos en el micro, no necesitan ser rehogadas demasiado, además esto lo haremos con poco aceite. Después, añadimos tomate triturado. Salamos y si queremos quitar un poco de acidez, incorporamos una pizca de azúcar.
A la carne picada le añadiremos un poco de ajo picado, perejil, sal y pimienta y la dejaremos reposar unas horas antes (o el día anterior). También puede hacerse simplemente salpimentando la carne, pero me gusta más de esta forma. Añadiremos la carne a la sartén de las verduras y el tomate y lo mantendremos a fuego medio-bajo para que se mezcle bien el sabor. Lo dejamos hasta que la salsa tenga la consistencia que queremos.
Después, simplemente lo mezclamos con la pasta que habremos hervido previamente (yo la hiervo con sal y un poco de laurel). Podemos usar otro tipo de pasta, claro está, pero en esta ocasión, he usado espirales.
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